Primer semestre.
Dicen que la felicidad es una sucesión de buenos momentos.
Así que desde Asturias queremos sugerir o proponer una sucesión de momentos felices para que sea un año inolvidable y, por supuesto, eternamente vinculado a Asturias en vuestros corazones y en vuestros recuerdos...
Pensando, pensando, es verdad que cada mes asturiano cuenta con una o varias señas de identidad muy claras.
Aquí hacemos una selección de algunas de las más signficativas, una por mes.
Nos sabe a poco, pero es simplemente un aperitivo para motivar una inmersión más profunda y prolongada.
Ahí van pues esos entrantes mes a mes.
En este post nos hemos centrado en el primer semestre, justo hasta la llegada del solsticio de verano.
Son seis propuestas que tendrán su continuidad con el segundo semestre.
Son momentos únicos y muy repetibles, y siempre deliciosos.
Enero: Momento oricio, no sin una sidra
Es invierno... ¡Qué adorable el invierno en Asturias! Se puede hacer de todo: disfrutar de la nieve, de la naturaleza, explorar tranquilamente lugares inéditos o disfrutar de los ya conocidos sin barullo... Es tiempo de mascaradas, de fiesta, de platos de cuchara, de postres sabrosísimos, de tardes de museo y de café, de paseos de mercado y compras.
El invierno es realmente adorable en Asturias.
La luz, la atmósfera, los bosques... cobran inusitados matices, y las gentes siempre con gana de conversar, de compartir cancios (canciones), mesa, mantel y lo que haga falta.
En una de éstas interminables veladas aparecen en la mesa como una especie de mandato divino unos oricios (erizos de mar), crudos o cocidos, y es como si el Cantábrico se sentase con nosotros, es como comernos el océano sorbo a sorbo, y si además nos sirven un culín de sidra escanciada con maestría, llegamos al éxtasis...
Febrero: Momento Antroxu, ideal para transformarse
Llega febrero y es momento de potes y frixuelos, de enmascararse, de disfrazarse y celebrar por todo lo alto el Carnaval o Antroxu.
¡Qué afición tan grande hay en Asturias a antroxar (festejar el carnaval)! Es un momento de ilusión enorme, de decidir de qué nos disfrazamos, de hacer grupos y charangas para los desfiles de Antroxu.
Es un largo fin de semana de fiesta, que tiene su colofón el martes de Carnaval - que este año cae el 17 de febrero -. Humor por doquier, comedia, diversión y un punto de transgresión...
De todo hay en el Antroxu, y por supuesto, capítulo importante es la gastronomía.
¡Ummm! ... todo está tan rico en el Antroxu astur, y qué decir de la sidra, que también corre a raudales esos días...
A decir verdad quien no haya hecho un descenso de Galiana en Avilés, o haya participado en el desfile del Antroxu gijonés, por ejemplo, no conoce de verdad el espíritu de esta impresionante fiesta en Asturias, que invade las calles y caminos, y transforma el paisaje y el paisanaje como por arte de magia.
Marzo: Momento naturaleza, ¡al fin solos!
En el tímido repunte de la primavera, la naturaleza nos invade con pasión.
Es el momento de disfrutar a tope de rutas, de excursiones, de viajes, de estancias en la mejor compañía... Es verdaderamente un momento de sentir algo así como ¡Al fin solos: la naturaleza, tú y yo, y por ejemplo, un buen Cabrales como el de la foto! En fin, ésta es solo una opción entre miles... Pero nos pareció sugestiva y apetecible.
El momento naturaleza es siempre gratificante y reconstituyente.
Una buena sesión y como nuevo...
Abril: Momento espicha, para alegrarse del todo y con todo
Entrada ya la primavera, la eclosión es total, y la gastronomía no está al margen.
Llega la ocasión de las espichas (fiesta gastronómica típica asturiana vinculada a la sidra). Proliferan como si fueran flores, y son muchos los llagares en distintos lugares de Asturias donde se celebra esta fiesta, que es perfecta no solo para degustar buena sidra y excelente gastronomía, sino para conversar, cantar, compartir secretos a voces, contar chistes o lo que se tercie.
El momento espicha nos proyecta a una realidad en la que nos alegramos del todo y con todo.
¿Habrá mejor cosa?
Mayo: Momento pomarada, una visión romántica en primavera
Continuando con la euforia de la eclosión primaveral, en mayo los manzanos se ponen espectaculares.
Su flor es una obra de arte, y una pomarada (conjunto de manzanos) en primavera es un verdadero jardín de las delicias, un despliegue de colores, de sabores, de olores...
El momento pomarada nos transporta a una visión romántica, diferente, a una tierra humanizada donde crecen en paz los árboles frutales, cuya savia es la esencia de la elaboración de la bebida más asturiana: la sidra.
Junio: Momento hoguera, la magia del fuego astur
Asturias se convierte en una tierra de fuego y magia al llegar el solsticio de verano.
La noche de San Juan —la más corta e intensa del año— se asocia desde tiempo inmemorial a las hogueras, al enramado de las fuentes, al agua, a las historias de amor...
Entre leyendas y realidades las hogueras de San Juan encienden los buenos deseos y queman las maldades.
Cientos de hogueras se encienden por toda Asturias, al pie de una catedral, en la ribera de un río, en una playa, en la ladera de una montaña.
Una noche para arder en deseos...
Así es el momento hoguera: imaginativo, único, abrasador y veraniego, muy veraniego.
Segunda semestre.
El verano y otoño también nos reservan sorpresas y momentos increíbles, de eterna felicidad, de recuerdos imborrables y de ganas, muchas ganas de repetir, y siempre Asturias ahí como telón de fondo, como protagonista, como el escenario perfecto.
Son seis momentos a modo de sugerencias para darse un baño de asturianía, un baño de alegría, de naturaleza, de gastronomía.
Para disfrutar con el deporte, con la buena compañía, con una tierra amable y abierta.
Para viajar al pasado o al futuro.
Y con Asturias siempre dentro de nosotros.
Desde el mes de julio hasta el mes de diciembre seis opciones que no te puedes perder.
Julio: Momento bonito, ¡bonito momento!
Pleno mes de julio.
Calor, costa, playa, terrazas, sidra.
¡Qué panorama! Y en medio de todo esto, la costera del bonito.
Llega el bonito del norte para “arder” en las lonjas y hacernos la boca agua.
¡Porque está de bueno!...
Así es que el momento bonito es realmente un bonito momento, en el que disfrutar de una experiencia gastronómica que siempre nos deja con ganas de más... Además combina tan bien con un buen Vino de Cangas o con una sidra, y nos permite crear así un perfecto maridaje asturiano.
Las recetas y las formas de presentación se multiplican, y también las jornadas gastronómicas.
Tras los esfuerzos estivales, resulta estupendo sentarse a la mesa y dar buena cuenta de un bonito del norte.
Agosto: Momento piragua, para navegar sin parar
Es realmente un momento épico como pocos.
Puente “Emilio Llamedo” en Arriondas, miles de personas cantando, desfilando, expectantes, los versos maravillosos de Dionisio de la Huerta —el fundador de la Fiesta de las Piraguas— el himno de Asturias y, de golpe, miles de piragüistas que se echan al Sella rompiendo el agua con sus palas y embarcaciones en una estampida ensordecedora...
Es el momento piragua, habitualmente bajo el sol y el calor del agosto asturiano, que invita a la alegría, a disfrutar de los ríos, de la costa, de las playas, de la naturaleza, del ambiente nocturno... Realmente un momento único, para navegar sin parar, y para no parar de festejar, siguiendo el dictado de las palabras de Dionisio: “... que no hay fiesta más alegre, ni más movida y galana, ni con más bello paisaje, ni esencia más asturiana... ”.
Setiembre: Momento Reconquista, para recordar una historia antigua
En la recta final del verano la luz asturiana es especial, espectacular.
Es el momento de recorrer escenarios naturales e históricos como Covadonga y los Lagos, es el momento Reconquista, para recordar una antigua y romántica historia que tiene mucho que ver con el origen del reino de Asturias y que se conmemora a principios del mes de setiembre, concretamente el día 8, fiesta de Asturias.
Si bien es cierto que la historia viste cualquier paisaje, cualquier rincón, cualquier arquitectura.
Pasear por Asturias y detenerse a contemplarla es leer la historia antigua del viejo continente.
Es indagar el origen, y entretanto, disfrutar con una escena, con un plato elaborado con cariño, con una conversación amena, con la imagen soñada...
Asturias no solo es un viaje en el espacio sino también en el tiempo, es un viaje a las emociones que nos suscita el bramido del tiempo.
El momento Reconquista es sin duda un momento de poesía a flor de piel...
Octubre: Momento bosque, ¡Qué de colores y sabores!
El bosque asturiano se llena de vida en otoño, es como de cuento o de novela.
Los colores del bosque se muestran en una paleta interminable que nos regala la retina con verdes, marrones, ocres, amarillos, azules, rojizos... Un universo cromático interminable, que tiene su traducción simultánea en cientos de texturas y olores, un multiverso sensorial que nos traslada al reino de los cinco sentidos y alguno más.
Con sumo gusto, en el bosque no solo vemos, olemos, escuchamos o tocamos, también nos alimentamos o al menos recolectamos frutos ideales para hacer suculentas recetas...
¡Qué ricas las castañas, las nueces, las avellanas... ! Y se puede hacer de todo, desde pote, hasta puding, pasando por entrantes, ensaladas y platos supercreativos.
El momento bosque resulta inolvidable y ¡riquísimo!
Noviembre: Momento tradiciones, para viajar al pasado
En Asturias las tradiciones son un mundo fascinante.
Seres mitológicos que pueblan el bosque, los ríos, las aldeas, los paisajes.
Gentes afables que se reúnen en torno al llar (cocina) para conversar y dar buena cuenta de manjares.
Grupos de vecinos o amigos que se divierten en torno al mundo de la recolección, que van a la gueta (recolección de la castaña), y luego asan las castañas y las toman con sidra del duernu (sidra recién exprimida).
Y cuando hablamos del maíz, el otoño es tiempo de “esfoyaza”, de deshojar el maíz en buena compañía, y de paso hacer un poco de fiesta...
Las tradiciones asturianas nos trasladan a un mapa de inusitadas sensaciones que además de un viaje al pasado, es una verdadera experiencia socio-antropológica, y un momento de ocio único.
Diciembre: Momento nieve, pura conexión con la naturaleza
¡Qué guapa se pone Asturias nevada! Los paisajes se transforman.
Son verdaderas obras de arte esculpidas por un espectacular manto blanco, que cobra formas y matices insospechados.
Las cumbres, las montañas, los valles, las aldeas, los caminos, los arboles, los hórreos... todo está tan diferente, tan sorprendente y tan bello con nieve.
¡Y son tantas las actividades que se pueden hacer en plena naturaleza! Esquí en todas sus modalidades (alpino, de fondo, acrobático, etc.), raquetas de nieve, nordic walking, rutas, paseos, escalada en hielo, barrancos, etc.
La nómina para los aventureros es interminable y para lo que no lo son también, porque hay un paisaje y un escenario para cada preferencia...
En fin, la nieve en Asturias supone una pura y constante conexión con la naturaleza.