Este romance se le decía a la recién casada y especialmente a su madre política.
Su intención era la de pedir buen trato para la esposa, que tenía que trasladarse a una casa extraña, en la que su suegra la podía hacer trabajar demasiado.
Que salga la suegra, salga
a recibir a su nuera,
y la mire como madre,
como si tal hija fuera.
Por Dios le pido, su suegra,
por Dios y Santa María,
su suegra por Dios le pido
que no la haga mala vida.
Por Dios le pido, su suegra,
por Dios le pido y encargo,
que la trate con cariño,
como hasta aquí la trataron.
¡Adiós! te decimos todos
con mucho aborrecimiento,
y le pedimos a la Virgen,
que te pinte el casamiento.