Santolaya de Cabranes, neorural

Principado de Asturias
[Turismo Asturias]

A pocos minutos de Villaviciosa, y colgada dulcemente en una ladera montañosa luce tranquila Santa Eulalia de Cabranes, o Santolaya para lugareños y afines, capital de municipio y aldea singular.

Soleyera y con vistas panorámicas, un paseo por Santolaya nos desvela el encanto de lo rural, y de las viejas costumbres: una iglesia parroquial con un idílico entorno, un tranquilo café a media mañana, la compuesta de casa como aperitivo en el bar-tienda más antiguo del pueblo —Casa Suárez—, la arquitectura típica asturiana… y una sociología peculiar que hace de Santolaya un lugar de referencia en el movimiento neorural asturiano, integrado por nativos y extranjeros, sobre todo de nacionalidad inglesa.

Curiosamente en los últimos años una treintena de familias de procedencia británica se han ido asentando progresivamente en el concejo y se han integrado a la perfección en el entorno asturiano y cabranés: “Son familias, jóvenes, jubilados, gentes alternativas, respetuosos y buenos clientes que suelen vivir en los alrededores del pueblo para tener huerta…”, comenta satisfecha Patricia, la propietaria de Casa Suárez.

Santolaya o la versión más rural

Semejante poso sociológico da sus frutos en el ocio y el turismo, y es que Santolaya cada vez es más famosa y está más concurrida por el Tenderete, el mercado del segundo domingo de cada mes, que por la presencia de extranjeros residentes y por su filosofía de intercambio, su rollo alternativo y con reminiscencias “hippies”, se torna en una versión rural de Camden Town a la asturiana que anima el cotarro dominical en todo el pueblo y alrededores… Así que Santolaya combina a las mil maravillas el mejor arroz con leche casero con el espíritu de Camden.

Y sino para muestra basta un botón, o mejor dicho un vídeo de El Tenderete dominical.

Un bar-tienda con vistas

Una de las notas más características de los pueblos en Asturias fueron desde siempre los bares-tienda.

Ya no quedan muchos, y los que hay son verdaderas joyas.

Es el caso de Casa Suárez, remozado y adaptado a los nuevos tiempos pero conservando la antigua atmósfera de lo que fue en su terraza, “afayaiza”, vistosa, céntrica, y con cercanas y panorámicas vistas al valle.

Fundada en el año 1947 por Alfredo Suárez, abuelo de Patricia, su actual propietaria, nunca ha cerrado desde entonces: “En aquellas primeras décadas los principales clientes eran los mineros de Viñón.

Después todo fue cambiando, y en hoy día subsistimos por el combinado de bar y tienda”, comenta Patricia, quien recibe a los visitantes ofreciéndoles un vermut solera de casa, una compuesta cuya receta es secreta o un “cup” de sidra, y así anima y contenta a propios y foráneos.

De domingo y de diario el ambiente de Santolaya invita al solaz, la tranquilidad, el relax, a un vida sin estresses y muy saludable, como muestran y demuestran los muchos huertos y huertos, pomaradas y otros frutales que son paisaje habitual en la zona.

Senda fluvial del Viacaba con castillete de mina e iglesia prerrománica

Por si fuera poco a Santolaya llegas en coche pero también a pie o en bici, y la opción ideal para ir sin vehículo de tracción mecánica es la senda fluvial del Viacaba, completamente idílica, y donde se combinan el carbón y el prerrománico, pues nos encontramos con el viejo castillete de las minas de Viñón, y con un templo prerrománico, además del Museo de la Escuela Rural y de algunas áreas recreativas para disfrutar a pie de río (ideales para disfrutar en familia) o algunas fincas que exhiben carros del país, jardines y arquitectura típica asturiana.

Un cóctel diez.

 



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