Trajes regionales asturianos: indumentaria del hombre

Principado de Asturias
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La indumentaria tradicional asturiana está formada por los trajes y prendas (interiores y exteriores) que a lo largo de algo más de un siglo (de 1800 a 1920) vistieron nuestros antepasados. Corresponde a un momento modal común a toda Europa, que cambia y evoluciona al mezclarse con elementos propios de la región y las costumbres de determinados oficios.

La popularización del gusto por vestir el traje regional ha traído consigo una desnaturalización del mismo, de forma que en ocasiones se usa más como una especie de disfraz que como seña de identidad de un pueblo, el asturiano, que fue el que fue y quizás no el que el que más hubiera complacido a un cierto gusto moderno.

Las raíces pueden ser excluyentes con respecto a los otros, o reinventarse con un espíritu snob que desvirtúa lo auténtico y lo convierte en una rechifla.

Así como otros atuendos regionales se encuentran exhaustivamente documentados y codificados, el nuestro se conoce a la luz de solo unas pocas fuentes: los testimonios de los enciclopedistas decimonónicos, los cuadros y grabados de temática costumbrista y las descripciones de romances y cantares.

Personalidades señeras como la del estudioso Luis Argüelles y los diferentes colectivos de investigación etnográfica, han aportado una aproximación al atuendo asturiano liberándolo de mistificaciones de última hora que podían acabar de sepultar los pocos restos documentados.

No es cuestión de renegar de las modas ya que estas han estado presentes desde los primeros testimonios que existen, que se remontan al S.XVIII.

Es cierto, el ansía de emulación entre vecinas por ver quien daba la campanada con una nueva innovación en su vestido no es cosa de ahora.

Ni tampoco el gusto de las señoritas de villa por imitar el traje de las aldeanas, alhajandolo y enriqueciéndolo con nuevos tejidos y complementos que han llegado a nosotros como variantes locales cuando en realidad pertenecen al devenir de una moda en ciernes.

Como las majas goyescas que no eran otra cosa que damitas de la mejor sociedad travestidas de castizas, ciertos trajes llamados asturianos son en realidad floripondios que nada tienen que ver con un atuendo que era en primer lugar de faena, y que cuando era de fiesta cubría unas determinadas normas, entre las que el decoro era de las más importantes.

Es el caso tantas veces citado por los folcloristas, que critican aquellos bailes en las que las mozas enseñan la ropa interior, por ser esto inconcebible por inmoral en los tiempos en que tales danzas se crearon.

No es cuestión de ser puristas pero es lógico que para improvisar sobre un patrón primero tiene que estar este lo suficientemente asentado, cosa que en el caso asturiano no corresponde con la realidad.

CAMISA

Era de cerro o de estopa, es decir, siempre en telas de lino.

Ancha en el cuerpo y en las mangas, abierta hasta el pecho, abrochando con botones de hilo y con lorzas a ambos lados de la botonera.

Puede llevar cuello o tira.

CALZONCILLO

Los calzoncillos eran largos, llegando hasta las rodillas.

Asomaban un poco por debajo del calzón y normalmente se remetían por las medias.

Se hacían siempre de lino.

MEDIAS

Las medias o calzas llegaban hasta la rodilla.

Eran de lana de distinto grosor, según la estación en la que se usaran.

Las había de patín y de peal, se diferenciaban porque estas últimas carecían de pie e iban sujetas con una trabilla o una tira de tela.

Los colores más habituales eran el natural de la lana, o el azul o negro.

LIGAS

Tanto las medias de los hombres como las de las mujeres se sujetaban bajo la rodilla con unas ligas que daban varias vueltas a la pierna.

CALZÓN LARGO

El calzón largo sería un pantalón de longitud normal, es decir que llegaría hasta los tobillos.

Ambos tipos de calzón serían usados indistintamente por los vecinos como atestiguan las reproducciones artísticas que plasmaban la vida cotidiana del campesino asturiano.

No tenían aberturas laterales pero si aplicaciones de telas distintas que servían a la vez de refuerzo y adorno.

Estos remontes podían cubrir toda la pernera a partir de la rodilla, o disponerse sobre las costuras laterales de la prenda, a modo de tapa.

En cuanto a su género y colores estos eran iguales a los de los calzones cortos.

CALZON CORTO

El calzón podría asimilarse a un pantalón corto que cubriría de la cintura a las rodillas.

Tenía unas aberturas a los lados de las perneras que se cerraban con botones.

A veces estas aberturas se adornaban con piezas de tela de otro género a modo de pequeño volante.

La trincha es la pieza que ceñía la cintura, tenía un cordón o gordón que pasaba por unos ojales que junto con los botones servía para sujetar la prenda y hacía de faja.

El calzón se hacía de paño o tela y sus colores solían ser oscuros, pardos o negros, dándose también prendas en amarillo, verde o rojo.

XUGÓN

El xugón o xilecu es la prenda correspondiente al chaleco actual.

Se llevaba bajo la chamarra y sobre la camisa.

Cubría de los costados a la cintura muy ajustado al cuerpo.

En sus bolsillos se guardaba el reloj y el dinero.

La pieza de la espalda se solía hacer de una tela distinta, más vistosa, incluyendose bordados decorativos.

En cuanto al color y la tela, esta solía ser el paño o la bayeta, mientras que los colores eran diversos, según la edad del hombre.

Los mayores solían llevar el chaleco entonado con la chamarra, en tonos oscuros, y los jóvenes utilizaban colores más vistosos como el rojo o verde oscuro.

El xilecu tenía cuatro botones que no se solían usar aúnque la prenda se mantenía cerrada cruzándola bajo la faxa.

En la parte inferior del espaldar era común que los mozos lucieran las guyetas, unas cintas regaladas por las mozas como prenda de amor, estas cintas se guarnecían con unas piezas cónicas de metal llamadas ferretes.

Nun te miro pal xilecu
pa quitate la guyeta
sólu te pido, mocosu,
que me vuelvas la respuesta.

FAXA

La faxa es una banda de lana o algodón que daba cuatro vueltas y media alrededor de la cintura cubriendo en parte el calzón y el chaleco.

Para diario solían ser negras o moradas y en los días de fiesta se ponían azules y coloradas.

Las de lana se usaban en invierno y las de algodón, más frescas, se reservaban para la época estival.

En sus extremos aparecen los flecos de la trama, con los que era usual hacer nudos decorativos.

También en algunos casos se bordaban con cenefas o motivos florales en un color que contrastara con el de la prenda.

Su objeto era más el abrigo que la sustentación de los calzones, utilizándose también para ocultar los caudales que el aldeano llevara, después de un buen día de mercado.

Tampoco es despreciable su contribución al adorno personal, y al orgullo del paisano que se lucía impecablemente fajado.

CHAMARRA

La chamarra o chaqueta era corta, ya que no pasaba de la cintura.

Se ajustaba al cuerpo y su función era preservar del frío, aunque también se solía enrollar de un brazo para usarla como escudo para protegerse de los palos, que eran bastante habituales en las romerías.

Tenía un cuello alto, pespunteado y bordado en su parte central.

Estos adornos le daban solidez para mantenerse erguido.

También llevaba bolsillos añadidos y algunos adornos que servían de refuerzos en las zonas de mayor roce aunque por lo general el atavío del varón era más austero que el de la mujer.Los botones pueden considerarse un adorno pues no era costumbre abotonar la chamarra.

Aunque en público y en acontecimientos de compromiso estaba mal visto quitársela, en el ambiente más familiar era común llevarla colgada del hombro izquierdo, ya que el palo solía llevarse en la mano derecha.

Llevarla quitada en las romerías era demostración de soltería.

El galán también lucía con orgullo los guyetes que le obsequiaban las mozas que pretendía.

El genero de la chamarra era el paño, la bayeta o la estameña, principalmente, pudiendo encontrarse prendas con forros de otras telas en colores vivos.

El galán que ta nel baille
paece que ta casáu,
que nun quita la chaqueta
aunque tea encaloráu.

ESCARPINOS

Son una especie de calzas interiores realizadas en tela gorda con el fin de abrigar y proteger el pie.

Se utilizaban tanto para calzar madreñas como con las coricies.

Se sujetaban con un botón que ceñía el tobillo.

CORICIES

Las coricies eran el calzado de verano.

Se hacían con cuero grueso al que se le daba la forma del pie.

Se sujetaba con cuerdas del mismo material que se pasaban por ojales practicados en la pieza.

MADREÑES

Este calzado típico de diario, de madera, como su nombre indica, era el más apropiado para el frío y la humedad.

Las madreñas tradicionales de escarpín eran más cerradas que las de hoy en día, que están adaptadas al uso de zapatillas, y cada zona tenía su tipo particular.

ZAPATOS

Los zapatos y las botas eran considerados un artículo de lujo que por su precio debía de conservarse largo tiempo.

Es por ello que solo se usaban los domingos y en aquellos acontecimientos de especial relieve.

Los zapatos que más se extendieron eran los manufacturados en la villa de Noreña, aunque también eran apreciados los zapateros de Pimiango.

El zapato constaba de dos piezas, la pala que cubría el empeine y la trasera que formaba el talón y se unía con la pala en la parte superior del empeine.

Esta pieza tenía dos extremos con ojales a traves de los cuales iban los cordones que ceñían los zapatos.

Estas piezas se unían entre sí con diferentes sistemas que fueron evolucionando con el tiempo.

Primero se fijaban con pequeñas estacas de fibra vegetal, posterioremente se usaban clavos de latón, y luego pequeñas puntas de hierro que tenían el inconveniente de que se oxidaban.

La suela se fabricaba con cuero grueso y fuerte que se golpeaba con una piedra para que fuera más compacto y resistente.

El tacón se hacía con la superposición de piezas iguales del mismo cuero.Estas piezas se cosían manualmente al resto con hilos encerados muy resistentes.

PALU

Era complemento indispensable de todo mozo, llegando a ser símbolo de su dueño, y arma de uso corriente en romerías y otras fiestas.

Los palos se adornaban con dibujos hechos a navaja o a fuego, y en ocasiones se reforzaban con tachuelas para hacerlos más contundentes.

Las maderas más utilizadas eran el acebo, el avellano, el espino albar, la encina y el roble.

Aunque había normas determinando las características que estos debían tener, no parece que fueran muy respetadas, a juzgar por algunos grabados de época.

MONTERA

La montera es el tocado masculino más característico, la montera más conocida es la llamada picona que se divide en cuatro partes, el casquete, ala, reborde y forro.

El casquete es la pieza que cubre la cabeza, en su lado izquierdo lleva cosida el ala que tiene forma de triángulo equilátero y la función de abrigar la cabeza.

El reborde se encuentra en el lado opuesto al ala, según Luis Argüelles puede ser el recuerdo de una segunda ala que en tiempos llevaban las monteras.

Tiene unos tres centímetros de ancho y su largo comprende la mitad de la cabeza.

El forro sirve de armazón de la montera para que el sombrero tenga la consistencia necesaria y todas sus piezas se mantengan erguidas.

Solía ser de bayeta o muletón.

En cuanto a los tejidos usados para su confección estos fueron muy variados.

El casquete solía hacerse con paño grueso de color pardo, pero cuando era una montera de fiesta el tejido usado era terciopelo.

El ala de la montera se decoraba con una pluma o flores frescas.

Cuando el mozo iba a servir en la milicia llevaba una escarapela.

La forma actual del ala es una atrofia de la primitiva, que seguramente sería bastante mayor, al objeto de proteger contra la lluvia.

Montera de terciopelo
ya la lleves acabada,
por dir de nueche al molín
y volver pela mañana.
Montera de fieltru azul
tráila Antón de Pericón,
la llocura nun tien cura
¡válgame Dios que razón!

PAÑUELU

Era la prenda que en acontecimientos de gala se ponían con la montera, no estando su uso generalizado.

Tapaba toda la cabeza y se ataba a un lado o hacia atrás.

Había pañuelos de dos tipos: el más corriente, de cuadros blancos y azules, llamado pañuelu de yerbes, y el estampado, conocido como pañuelu pintón.

CHAMARRETA

Esta prenda de abrigo para los días de frió se ponía debajo del xugón y estaba hecha de bayeta o estambre, generalmente de colores vivos, como amarillo, rojo y verde.

Sus cortes eran los mismos que los de la chamarra.

POLAINAS

Las polainas eran sobrecalzas de paño oscuro y recio que abrigaban el pie y llegaban hasta la rodilla.

Se sujetaban con una hilera de botones que estaban en la parte exterior de la pantorrilla.

LEVITA

Es una especie de capote para ir al monte con el ganado.

CAPA

Prenda que se utilizaba en los días más señalados.

Era de paño, en color negro o pardo oscuro.

La capa era considerada por muchos asturianos imprescindible, y solían ahorrar para comprarla y estrenarla el día de su boda.El dinero necesario para adquirirla corría por cuenta del mozo, siendo su obtención una especie de prueba de madurez, un logro al margen del peculio familiar.

En las bodas el novio, el padrino y los invitados masculinos estaban prácticamente obligados a llevarla, siendo muy común su préstamo entre vecinos y familiares.

También era costumbre llevarla en bautizos, funerales y acontecimientos de pompa.

Pese a estar concebida para resguardar de las inclemencias del tiempo, su elevado costo hacía que su uso nunca fuera diario.

La capa asturiana tenía mucho vuelo, llegando hasta por debajo de las rodillas.

Tenía una esclavina que tenía que tapar los codos y un cuello alzado que tenía que estar bien erguido.

También podía llevar los bordes listados con pasamanería en el mismo tono de la capa.

Esta cenefa, generalmente lisa, también podía decorarse con dibujos geométricos.

 


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