Asturias es montañosa, muy montañosa.
Esta peculiar orografía, aparte de crear bonitos paisajes de alta montaña, también ofrece la posibilidad al visitante de disfrutar de muchas actividades al aire libre sin falta de ser un experto montañero.
Tan sólo ha de tener las ganas de atreverse a dar el paso para sentir la adrenalina con alguna de estas actividades de montaña para no montañeros que se pueden disfrutar en Asturias.
Una de las actividades más sencillas que se puede realizar en la montaña asturiana, y aptas para toda la familia, es la de realizar alguna ruta de montaña de nivel fácil o medio.
La Senda del Oso es de las más sencillas y bonitas que se pueden recorrer en Asturias, ya sea a pie o en bicicleta.
Sus 33 kilómetros transcurren por los concejos de Proaza, Teverga, Quirós y Santo Adriano, pudiendo ver, al principio de la ruta, el recinto en el que se encuentran las osas hermanas Paca y Tola.
La ruta de las Xanas es otro de los clásicos asturianos, ya sea por la gran belleza del desfiladero que se recorre a pie, o por la corta longitud, de apenas 4 kilómetros.
En el oriente de Asturias, dos de las rutas más emblemáticas para ir adentrándose en la montaña asturiana son La Ruta del Alba (9,2 kilómetros) y la famosa ruta del Cares que, con 11 kilómetros de longitud, es mejor afrontarla con un poco de preparación previa.
En invierno, con las altas montañas cubiertas de nieve, es el momento ideal para probar a caminar por la montaña con raquetas de nieve, una forma diferente y muy atractiva de conocer la montaña asturiana.
El esfuerzo a realizar es poco más que el de ir sin raquetas de nieve, y la recompensa de poder ver paisajes prístinos cubiertos de nieve recién caída es una de esas visiones de las que uno nunca se olvida.
Eso sí, en invierno los días tienen pocas horas de luz, por lo que tocará madrugar para hacer las rutas más largas.
Si lo de caminar nos parece muy sencillo, ¿por qué no atrevernos con la escalada en vía ferrata? Traído directamente de Italia, desde hace unos pocos años es posible sentir la adrenalina de escalar una montaña sin falta de ser un escalador gracias a las vías ferratas, una manera sencilla y segura de adentrarse en este fascinante mundo.
Por ahora, la única Vía Ferrata en Asturias es la de Puente Vidosa.
Para hacer una vía ferrata,el equipamiento de escalada es imprescindible, así como contar con guía, por lo que la seguridad es máxima.
De las cimas de las montañas, bajamos a los ríos que corren entre ellas para conocer otra actividad de esas que muchas veces necesitamos un pequeño empujón para hacerla, pero una vez puestos en faena, nos encantará.
Se trata del descenso de barrancos o barranquismo, actividad en la que nos deslizaremos, lanzaremos y tiraremos siguiendo el curso de alguno de los ríos asturianos.
Opciones hay para todos los gustos, y en todas se aseguran grandes dosis de diversión y de agua fresca.
Una vez probado el barranquismo, si nos quedamos con ganas de más, podemos avanzar al siguiente nivel y atrevernos con la espeleología, en la que se conjuga la emoción de deslizarnos entre rocas con la increíble experiencia de estar dentro de una cueva con la única compañía de los compañeros de aventura.
Uno de los lugares más asequibles para adentrarse en la espeleología es la Cueva Huerta, a un paso del Parque de la Prehistoria de Teverga.
Y del interior de las montañas, nos vamos hasta el interior de la costa asturiana que, si bien no es alta montaña, sí comparte un signo característico con esta: ambos son paisajes kársticos, lo que asegura formaciones rocosas de lo más extrañas.
Hay muchas formas de recorrer la costa asturiana, pero una de las más sugerentes y atractivas para visitar estas formaciones kársticas en persona es en kayak o canoa, ya que el pequeño tamaño de la embarcación, y el nulo efecto nocivo que produce en el ambiente, nos permite adentrarnos en multitud de cuevas y lugares únicos de la costa asturiana.
Como siempre al hacer una actividad de aventura, lo mejor es ponerse en manos de profesionales, que serán nuestros mejores guías para disfrutar de esta experiencia.
Hemos caminado, nadado y nos hemos arrastrado por la montaña, pero todavía nos falta una de las sensaciones más mágicas de las que puede disfrutar el ser humano: volar.
Ya sea en parapente o en globo, volar en Asturias es una de las experiencias que todos deberíamos vivir por lo menos una vez en la vida, ya que opciones hay para todos los gustos; desde los que prefieren sobrevolar la costa en un caluroso día de verano, hasta los que gustan de sentir el frío invernal en el rostro mientras tienen los ojos abiertos como platos admirando los Picos de Europa.
En cuanto al ingenio usado para elevarnos sobre las nubes, las dos opciones más aventureras son el parapente y el globo.
El parapente es recomendable para sobrevolar una pequeña zona sintiendo la adrenalina en los vertiginosos giros que se pueden realizar con este artefacto, y el globo es la mejor opción para los que buscan un apacible vuelo en perfecta armonía con el paisaje admirado.
Para finalizar esta colección de actividades que se pueden realizar en Asturias sin falta de ser un experto montañero, está la del avistamiento de animales salvajes tan representativos de Asturias como el lobo ibérico, el oso o el ciervo, con la espectacular berrea en época de celo.
Verlos por casualidad en una escapada a la montaña es muy difícil, pues los animales salvajes rehúyen el encuentro con las personas.
Por eso, lo mejor para tener posibilidades de admirarlos a simple vista o con un telescopio es contratar alguna de las visitas guiadas por profesionales que se realizan en diferentes puntos de la geografía asturiana.
De esta manera, nos aseguramos de que en ningún momento se maltrata al animal para que podamos verlo, y de que estaremos causando el menor impacto posible en el entorno.
Las mejores zonas para ver fauna salvaje en Asturias son el Parque Natural de Somiedo, la reserva de la Biosfera de Redes, y los Picos de Europa.