Si te dicen ven, déjalo todo

Principado de Asturias
[Turismo Asturias]

Con la cadencia de un romántico y conocido bolero, Asturias te pide muchas veces, en tono poético y suplicante que vengas.

Su gente encantadora y su paisaje sugerente y a menudo cautivador son un continuo canto en tu oído y en tu mente para que vengas y lo dejes todo, al menos por unos instantes o por unos días...

Por eso queremos proponerte, a ritmo de bolero, a fuego lento, con tranquilidad total algunos planes que te harán sentir que Si Asturias te dice ven, lo dejarás todo... Y lo que es aún más seductor: no te arrepentirás nunca.

Como en un viaje de época con tintes novelescos

En Asturias es fácil volver al pasado, a escenarios de época, a los ecos de historias que parecen prodigiosas.

La propia vida de esta tierra es un infinito atractivo para los viajeros ávidos de desplazarse no solo en el espacio sino también en el tiempo.

Si siempre te han atraído las viejas locomotoras de vapor, que tanto aparecen en la literatura del siglo XIX o en los primeros años del cine, puedes convertirte por unos instantes en uno de esos viajeros novelescos... Sin ir más lejos el Ecomuseo de Samuño es un escenario de auténtico privilegio para esta experiencia de época, ya que ponen algunos sábados a disposición de los visitantes un tren de época.

Si al final no te decides a subirte al tren, en el Museo del Ferrocarril de Gijón, podrás contemplar las antiguas locomotoras en una estación de época...

Sensaciones desconocidas bajo tierra

¿Has explorado alguna vez las entrañas de la tierra? Merece la pena sí o sí.

Muchas son las historias que nos cuenta nuestro planeta cuando nos aproximamos a su piel.

Pero no hace falta ser un reputado científico, un investigador eminente, un estudiante o un aficionado a las ciencias de la tierra...

Sencillamente, déjate llevar por las sensaciones - muy novedosas para ti, si nunca has estado bajo tierra – que te produce una situación tan poco habitual.

En Asturias, la naturaleza y la historia te lo ponen muy fácil para la exploración subterránea.

La que te proponemos hoy es bajar a la mina: podrás hacerlo con total tranquilidad en el Museo de la Minería en El Entrego (San Martín del Rey Aurelio), en la Mina de Arnao (Castrillón), o en el Ecomuseo del Valle de Samuño (Langreo). ¡Tres viajes diferentes y complementarios, y sobre todo que te despertarán inusitadas sensaciones!.

Playas que son como fiordos de aguas turquesa

Hay playas que son grandes arenales, otras más pequeñas y recónditas, y otras que por su forma nos recuerdan a los fiordos, son como pequeños y acogedores fiordos con la particularidad de que sus aguas son azul turquesa.

Tan limpias y transparentes que parecen un espejo.

Y cuando vas caminando, nadando o navegando ves tu propia sombra proyectada sobre un fondo cristalino, de arena fina, donde toda la vida submarina viene a tus ojos como un universo apacible y único.

Un castillo a pie de río

Los castillos no son fáciles de ver en Asturias, porque no abundan.

A muchos los ha engullido el infalible paso del tiempo y el devenir histórico.

Pero si que quedan algunas construcciones llamativas, tanto por su envergadura como por su ubicación.

Una es el castillo, que está en el pueblo de El Castillo, en Soto del Barco, a la vera misma de un gran río —el más largo de Asturias—, como es el Nalón.

Aunque el castillo es propiedad privada, los alrededores son de una espectacular e inusual belleza.

Precisamente porque el binomio río-castillo es muy inusual...

Embarcaderos muy antiguos

En las inmediaciones de este castillo en el Bajo Nalón, nos encontramos a pie de río embarcaderos muy rudimentarios, antiquísimos, que no existen como tales en ninguna otra parte de Asturias.

Son verdaderos esqueletos de madera que dibujan su fina silueta sobre el agua, y que quedan completamente desnudos en la bajamar.

Su sobriedad contrasta con el colorismo de las embarcaciones, creando una escena digna de contemplar.

¿Dónde está la línea del horizonte?

A veces Asturias se funde con el mar y con el cielo.

Suele ocurrir en los días de calima, en los que la atmosfera protege con una especie de etéreo velo el paisaje.

En esos momentos, que son frecuentes, la línea del horizonte se desdibuja y surge un continuum óptico que nos hacer ver que todo está profundamente unido: cielo, mar y tierra.

¿Dónde está la línea del horizonte? Ahí esperándote, cuando se esfume la bruma... Son momentos de paz, para disfrutar del paisaje y pensar que entre el cielo y el suelo, siempre está el horizonte, difuso o perfilado.

Surf al atardecer

Un atardecer de cielos violáceos, rojizos, rosados.

Moderada la brisa, y la mar en calma pero con olas.

Una playa enorme y al abrigo, un paseo marítimo que refleja toda la tranquilidad del mundo.

En el entorno, villas marineras con ambiente encantador, e impresionante e histórica arquitectura, buen llantar y relax total.

En la foto hemos retratado la soledad del surfista tras una sesión de olas en la playa de Santa Marina en Ribadesella.

Castillos medievales con leyenda

Como os comentaba los castillos medievales que quedan en pie en Asturias no son muchos, pero si son muy simbólicos los que han llegado a nuestros días.

Uno de los más emblemáticos, y cuyas piedras contienen en su memoria buena parte de la historia medieval de la Asturias central es el castillo de San Cucao, en Llanera, también conocido como Torre de los Valdés.

Impecablemente restaurado y con sus caballerizas convertidas en un complejo hostelero, la Torre de los Valdés guarda legendarios secretos de aquella Edad Media asturiana en la que muchos nobles fueron leales al rey D.

Pedro, frente a las pretensiones de sus hermano Enrique.

Asesinado D.

Pedro a manos de su hermano, éste reinará como Enrique II de Trastámara, y arrasará buena parte de los señoríos medievales que fueron leales a Pedro I.

El castillo de San Cucao es testigo y sobreviviente de esta odisea que ha cambiado la historia del reino de Asturias.

Y su entorno es una auténtica delicia, os transportará en el tiempo.

Rías románticas

Cae la noche y estamos al pie de la Ría del Eo.

Las luces de Castropol y Figueras se proyectan sobre el agua, componiendo una geografía de agua dulce y villas marineras que confiere a la situación un aire verdaderamente romántico, que invita al paseo, al relax, a la conversación, a tomarse un tentempié, y hacer tiempo antes de una cena que puede resultar inolvidable.

Balcones de sueños

¿Nunca has pensado que un mirador es como una especie de balcón a los sueños? Pues en Asturias tendrás esa impresión de golpe.

Después de un paseo, más o menos tranquilo o esforzado, llegarás a un mirador y ante tus ojos se abre un horizonte de montañas, sierras, cumbres y allá al fondo el mar o no... En el que aquí te mostramos, estás en la Sierra de la Bobia, en Villanueva de Oscos, en uno de los corazones del occidente asturiano.

Una cascada infinita

Al igual que los miradores, las cascadas son regalos divinos que nos hace la montaña cuando caminamos por sus entrañas.

El sonido del agua, su suave o fuerte deslizar por la roca, según la época del año que sea, es siempre motivo de alegría, fuente de vida y de relax.

Hay cientos de cascadas en los alrededores de los ríos, riachuelos, fuentes y arroyos por toda la geografía astur.

Aquí hemos escogido una maravillosa de Somiedo para animarte a dejarlo todo y venir a Asturias.



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