Melchor de Jovellanos, Gaspar

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Melchor de Jovellanos, Gaspar | Reseñas históricas | Juristas | Magistrados | Gijón | Xixón | Gijón | Comarca de Gijón | Centro de Asturias | Costa de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.

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Descripción

Gaspar Melchor de Jovellanos y Jove Ramírez (1744-1811), político, magistrado, juriconsulto, economista y escritor, nació en Gijón el 5 de enero de 1744. Décimo de los hijos del matrimonio formado por Francisco Gregorio de Jovellanos y Francisca Apolinaria Jove Ramírez de Miranda, su familia pertenecía a la aristocracia local, como él mismo cuenta en sus «Memorias»: «Mi familia era contada entre las nobles y distinguidas de la villa de Gijón desde el siglo XV». Estudió en Oviedo, Osma, Ávila y Alcalá, donde se doctoró en Cánones en 1765. El 13 de febrero de 1768 es nombrado alcalde del crimen de la Real Audiencia de Sevilla y abandona la carrera eclesiástica que había iniciado. En 1774 asciende a oidor de la misma Audiencia. Durante sus años en la capital andaluza es contertulio habitual en el círculo del intendente Olavide y es entonces cuando entra en contacto con los máximos exponentes de la Ilustración española, perfecciona sus estudios jurídicos, se inicia en los problemas económicos (lee a los arbitristas españoles de los siglos XVI y XVII y estudia inglés para conocer a los economistas británicos), y comienza sus actividades literarias; correspondencia con los poetas salmantinos, especialmente con Meléndez Valdés, epístolas como «Jovino a sus amigos de Salamanca», «A sus amigos de Sevilla», la tragedia «Pelayo» y el drama «El delincuente honrado», escrito en 1773, aunque no se publicó hasta 1787, influido por las ideas de Beccaria.

En octubre de 1778 se instala en Madrid, como alcalde de Casa y Corte, nombrado por el Rey el 27 de agosto. En la capital hace amistad con altas personalidades e ingresa sucesivamente en las Academias de San Fernando (1780), Española (1783) y de la Historia (1787). Al mismo tiempo prosigue su carrera administrativa y es nombrado consejero de Órdenes Militares en 1780, ministro de la Junta de Comercio en 1783, y director de la Sociedad Económica Matritense en 1784. Contribuye a las reformas propugnadas por los ilustrados con escritos político-económicos, como el «Informe sobre el libre ejercicio de las artes» (1785) y el «Elogio de Carlos III» (1788). Se preocupa también por el arte, en los «Elogios de las bellas artes» (1782) y «de Ventura Rodríguez» (1788). Su interés por el desarrollo económico de Asturias se manifiesta en obras como «Sobre los medios de promover la felicidad en el Principado» (1781) y «Sobre la necesidad de cultivar en el Principado el estudio de las ciencias» (1782). En esta última trata uno de sus temas favoritos, que desarrollará más ampliamente después: la reforma de la educación y la enseñanza como base para la transformación de la sociedad. En 1782 pronuncia en la Sociedad Económica de Oviedo un discurso en el que describe el plan de la reforma industrial de Asturias, y días después lo eligen director. Continúa al mismo tiempo cultivando la poesía, prerromántica a veces, fuertemente satírica otras, y escribe la «Epístola del Paular», que para algunos es uno de los mejores poemas líricos del siglo XVIII.

El 28 de agosto de 1790, y por motivos relacionados con la prisión de su amigo Cabarrús, recibe la orden de trasladarse a su ciudad natal, destierro disfrazado con la misión de inspeccionar las minas asturianas, que se prolongó hasta 1797. El mismo año de su destierro escribe la «Memoria sobre el arreglo de la policía de espectáculos y diversiones públicas», donde expone de nuevo sus ideas sobre la educación, y comienza sus inapreciables «Diarios» (1790-1801), la más interesante de sus obras para muchos. Durante su estancia en Gijón fundó y puso en marcha el Instituto Asturiano, inaugurado en 1794, al que se consagra plenamente, y concluye la redacción del «Informe en el expediente de la ley agraria», su obra más conocida, que la Inquisición intentó prohibir. En octubre de 1797 le llega el nombramiento de embajador en Rusia, que no llegó a tener efecto, por ser nombrado ministro de Gracia y Justicia en noviembre. Destituido a los ocho meses por intrigas del partido reaccionario, temeroso de sus reformas liberales, vuelve a Gijón, donde, a instancias de Urquijo, recibe el nombramiento de consejero de Estado (1799), tal vez para endulzar su nuevo destierro. Los destierros de Jovellanos, en todo caso, acabaron siendo providenciales para Asturias, pues le permitieron trabajar más cerca e intensamente por la que, con lenguaje de la época, llamaba «su patria». Así, sus estudios sobre el carbón, cuya explotación preconizó y orientó, sus propuestas para la mejora de las comunicaciones o sus estudios sobre las costumbres y la historia y la recopilación de fuentes, son aportaciones fundamentales al asturianismo, del que Jovellanos constituye una referencia indiscutible.

La persecución desencadenada contra los reformistas tras la caída de Urquijo afectó al patricio gijonés con especial ensañamiento. «Se le trata —dice J. Caso— como al más inicuo de los enemigos de la sociedad, de la religión y del trono». El 13 de marzo de 1801 es arrestado en su casa de Gijón y, sin que se llegasen a formular acusaciones contra él ni ser sometido a juicio, es deportado a Mallorca, primero a la Cartuja de Valldemosa y después al castillo de Bellver, donde permaneció desde mayo de 1802 hasta marzo de 1808. Durante este destierro escribe su «Tratado teórico-práctico de enseñanza», las «Memorias histórico-artísticas de arquitectura», con la famosa «Descripción del castillo de Bellver», y alguno de sus mejores poemas filosóficos, además de una multitud de cartas. Recobró la libertad en marzo de 1808, tras el motín de Aranjuez que colocó en el trono a Fernando VII, y marchó a Jadraque (Guadalajara) para descansar en casa de su amigo Arias de Saavedra. Durante su estancia en el pueblo alcarreño, declarada ya la guerra de la Independencia, fue solicitado por amigos afrancesados, como Cabarrús, Meléndez Valdés y otros, para que aceptase el cargo de ministro del Interior en el gobierno de José Bonaparte, que Jovellanos rehusó reiteradamente, por patriotismo. Aceptó, en cambio (setiembre de 1808), el nombramiento de representante de Asturias en la Junta Central, junto con el marqués de Camposagrado (Francisco Bernaldo de Quirós), debiendo trasladarse primero a Sevilla y después a Cádiz. Abogó por la formación de una Regencia y trabajó con total dedicación, apoyando a aquellos que pretendían poner en práctica las ideas más audaces de la Ilustración, pero sin tomar medidas revolucionarias, y por la convocatoria de Cortes reunidas al modo tradicional, por estamentos. En 1809 formó parte de la Comisión de Cortes, para la que redactó varias instrucciones referentes a legislación, hacienda y educación, como las «Bases para la formación de un plan general de instrucción pública».

Superado por la marcha de los acontecimientos políticos, decidió retirarse a su pueblo natal, autorizado para ello por la Regencia, recién instaurada gracias en gran parte a él. Se le autorizaba también para restablecer el Instituto. Inició el viaje por mar el 26 de febrero de 1810, con su amigo el marqués de Camposagrado, pero una tormenta le obligó a desembarcar en Muros de Galicia, el 6 de marzo, donde pasó más de un año. Los ataques de era objeto la Junta Central y el trato humillante de que le hace víctima la Junta de Galicia, le impulsan a escribir otra de sus obras más conocidas, la «Memoria en defensa de la Junta Central» (La Coruña, 1811).

El 17 de julio de 1811 emprende el viaje hacia Gijón, con el alivio de verse felicitado y festejado a su paso por los pueblos asturianos. Llega el 6 de agosto, tras diez largos años de ausencia, en medio del entusiasmo y las aclamaciones populares. En sus últimos tres meses en su villa natal, su primera preocupación, obsesiva, fue volver a poner en marcha el Instituto, medio deshecho, pero no llegó a ver la inauguración del curso, prevista para el 20 de noviembre. La proximidad de los franceses, que ocuparían Gijón por cuarta vez, le obliga a huir el 6 de noviembre de 1811 rumbo a Ribadeo, en el bergantín Volante, que, debido a un fuerte vendaval, tiene que entrar de arribada en Puerto de Vega el 14 de ese mes. Acogido en casa de Antonio Trelles Osorio, junto con su amigo Pedro Valdés Llanos, enferma de pulmonía y deja de existir el día 28 de noviembre. Enterrado en la iglesia parroquial de Puerto de Vega al día siguiente, sus restos fueron trasladados al cementerio de Gijón en 1815, a la iglesia de San Pedro en 1842, y a la capilla de los Remedios (junto a su casa natal) en 1940, donde siguen reposando. La noticia de su muerte fue pronto conocida en toda España, causando gran consternación. Las Cortes de Cádiz en sesión de 24 de enero de 1812 le declaran «benemérito de la patria» y mandan que su informe sobre el Expediente de la Ley Agraria sea teniendo en cuenta en la comisión de Agricultura de las Cortes.

Como dice J. Caso, Jovellanos fue el más destacado de los españoles ilustrados que, en la segunda mitad del siglo XVIII, pretendieron poner a España a la altura cultural y material de Europa, y el hombre más clarividente respecto al futuro de Asturias, su preocupación constante. Atento a los problemas concretos, hay en su otra multitud de ideas que cobrarían realidad años después de su muerte (la famosa carretera carbonera, por ejemplo), aparte de haber contribuido en vida al desarrollo de su ciudad natal y de Asturias, y dejar como herencia un conjunto de ideas que constituyeron un auténtico programa para el desarrollo de su región que mantuvo su vigor durante más de siglo y medio después de su muerte.

Fuente: Javier Rodríguez Muñoz (J.R.M.), en «Diccionario Histórico de Asturias», págs. 583-585, Edit. Prensa Asturiana, S.A. / La Nueva España, Oviedo, 2002).

Datos técnicos

Clasificación: Reseñas históricas

Clase: Juristas

Tipo: Magistrados

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Gijón

Parroquia: Xixón

Entidad: Gijón

Zona: Centro de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Comarca: Comarca de Gijón

Dirección: Gijon

Código postal: 33201

Web del municipio: Gijón

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Gijón

Comarca de Gijón

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