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Clasificación
Escultura «Monumento a la Madre del Emigrante» | Patrimonio cultural | Esculturas | Esculturas | Gijón | Xixón | Gijón | Comarca de Gijón | Centro de Asturias | Costa de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.
Información
Descripción
Conocida como «La Lloca del Rinconín».
Ubicación: Paseo del Cervigón
Autor: Ramón Muriedas
Fecha de instalación: 1970
Es la primera obra escultórica de lenguaje moderno instalada en un espacio público de la ciudad. Como ocurrirá posteriormente, su transgresión formal provocará un vivo debate entre los gijoneses de esta época. Actualmente, es uno de las esculturas más características de la ciudad, con un fuerte sentido simbólico. Situada en el Paseo del Rinconín, la Madre mira al mar, hacia el que alcanza degarradoramente una de sus manos. Muriedas intentó plasmar en ella el sufrimiento de tantas asturianas y gijonesas que vieron como sus hijos debían partir en busca de una vida mejor.
La historia
A la Madre del Emigrante, que cumplió en el 2020 medio siglo mirando al mar desde el Rinconín.
La idea surge en 1958 y así fue con la Madre del Emigrante que creó el escultor cántabro Ramón Muriedas, un proyecto que había empezado a pergeñarse en 1958, cuando se celebraba el I Congreso Mundial de Sociedades Asturianas y uno de los asistentes propuso construir un monumento en homenaje a las madres que tuvieron que despedir a sus hijos mirando al mar, como la Lloca (nombre popular), con el gesto roto de dolor, con los pies descalzos, los vestidos raídos y los rostros prematuramente envejecidos por las penurias de sus vidas.
En los años 50 y 60, eran muchos los emigrantes de América que regresaban a su tierra y se quería, con este monumento y otros que no llegaron a fructificar en otras partes de Asturias, rendirles homenaje por cómo ayudaban a los pueblos en los que habían nacido.
Hasta 1963, tras la celebración del segundo Congreso Mundial de Sociedades Asturianas, no se retomó la idea del monumento, para el que se piensa como ubicación la zona conocida entonces como el cerro de Rosario de Acuña, muy cerca del emplazamiento actual.
En 1964 comienzan a presentarse ideas y maquetas y, en febrero de ese mismo año, se organiza un concurso al que se concurren una docena de proyectos.
Pero nadie había comprometido financiación alguna para llevarlo a cabo y el proyecto se olvidó durante otros tres años.
Es entonces cuando, de manera extraoficial, se encarga la obra a Muriedas, junto a los arquitectos Fernando Cavestany y Enrique Álvarez-Salas, postergándose en todo caso el proyecto hasta mediados de 1968.
Del Cerro de Santa Catalina al RinconínEn 1969, el entonces alcalde de Gijón, Ignacio Bertrand, decide darle un carácter inmediato y presenta una moción al resto de la Corporación gijonesa para que el Ayuntamiento tome la iniciativa y se ubique el monumento en el cerro de Santa Catalina.
Era un proyecto que, además de la escultura de la madre, incluía plataformas, una escalinata de acceso y un muro con relieves que no llegó a fructificar.
Para empezar, el cerro era zona militar, así que resurge la idea de ubicar el monumento en la zona del Rinconín.
De forma provisional, se dijo entonces, y así por fin se inaugura la escultura, en bronce y de cuatro metros de altura, el 18 de septiembre de 1970 y en presencia de los miembros de la Federación Mundial de Sociedades Asturianas.
Entonces se colocó sobre un pedestal realizado en piedra y de escasa altura con una inscripción que decía «A las madres de nuestros emigrantes que con sus vidas son surco profundo de nuestra España. Gijón. Asturias. 1970». No tuvo repercusión popular alguna, recuerda en su estudio Elsa Presa de la Vega, por las numerosas opiniones en contra, aunque también las hubo a favor y, de hecho, fueron muchos los gijoneses que se acercaron a visitarla y la bautizaron, con humor, como la Lloca del Rinconín.
El destierro del Rinconín
Entre las voces a favor, se consideraba que representaba el dolor y la nostalgia de las madres de los emigrantes, además de que se valoraban sus cualidades artísticas de obra contemporánea.
Incluso en el V Congreso Mundial de Federaciones Asturias se calificó de «maravillosa» la expresión lograda en el rostro de la estatua que, en 1976, fue víctima del vandalismo.Un artefacto explosivo mutiló su parte inferior, quedó «decorada» en rojo y con pintadas de colores y, para colmo, un temporal casi se la lleva por delante.
La Madre del Emigrante quedó a medio caer.
Como pasaron los meses y así seguía, inclinada hacia delante y siendo un riesgo para quienes pasaran a su lado, un ciudadano pidió al ayuntamiento que se la vendiese para llevarla a su casa.
Toda acción tiene su reacción: a los pocos días, la estatua fue retirada del pedestal para ser restaurada.
Comenzó entonces un largo destierro para la Lloca del Rinconín.
Se tardó meses en contactar con otro escultor para que la restaurase y hasta principios de los años 80 no se volvió a colocar en el Rinconín.
Entre medias, se le volvió a darle vueltas al emplazamiento y se pensó en los jardines del Náutico, pero empezó a ser añorada por quienes paseaban por el Rinconín.
Algo que, según la historiadora Elsa Presa de la Vega, «nos indica cómo un monumento es capaz de convertir un sitio en un lugar solo con su presencia al dignificar el sitio y dotarle de significado a pesar de que, a lo largo de la historia, la obra fuese tratada como una escultura trashumante, como a aquellas obras creadas sin tener en cuenta ningún lugar concreto y que pueden ser transportadas y ubicadas en cualquier parte sin perjuicio para la obra ni el lugar». La Lloca volvió al Rinconín con el primer gobierno democrático de Gijón y estuvo un tiempo tranquila hasta que se remodeló, entre 1994 y 1995, esa zona del paseo marítimo, entre el Piles y el Rinconín.
Se quitó el pedestal, se la limpió de óxido y se la colocó en el centro de la actual plazoleta redonda y elevada, por encima del paseo y sobre una plataforma casi a ras del suelo.
Con el paso de los años y del salitre, ha tenido que volver a ser reparada e incluso ha vuelto a ser víctima de actos vandálicos, pero ahí sigue mirando al mar.
La inscripción original, en los 90, se sustituyó por un poema de Alfonso Camín, que se puede leer en un pequeño bloque de metal situado muy cerca de la escultura.
Al son del agua,
al son del agua, madre
pero ¡qué amarga!
Al son del agua, madre
mir o las olas
van y vienen barcos
con las farolas
y me dicen: ¡qué triste,
se va en la bruma
y qué alegre el retorno
sobre la espuma!
Pero me dicen, madre,
al son del agua,
unos vienen a puerto
y otros naufragan.
Al son del agua ronca,
velas flotantes
dicen que van a Cuba
los emigrantes,
Y a pesar de sus luchas
y sus desvelos,
todos van quedando
bajo otros cielos.
Fuente: https://www.lavozdeasturias.es y https://eurowebmedia.es
Datos técnicos
Clasificación: Patrimonio cultural
Clase: Esculturas
Tipo: Esculturas
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Gijón
Parroquia: Xixón
Entidad: Gijón
Zona: Centro de Asturias
Situación: Costa de Asturias
Comarca: Comarca de Gijón
Dirección: Paseo de Rosario Acuña
Código postal: 33201
Web del municipio: Gijón
E-mail: Oficina de turismo
E-mail: Ayuntamiento de Gijón
Comarca de Gijón
Prehistórico y romano, revolucionario, urbano, minero, metalúrgico, vanguardista, marinero, cosmopolita y festivo, culto y hospitalario, y también rural. Así es el concejo de Gijón.
La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Gijón. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.
Dirección
Dirección postal: 33201 › Paseo de Rosario Acuña • Gijón › Xixón › Gijón › Asturias.
Dirección digital: Pulsa aquí