Sabores de otoño en los fogones de Asturias

Principado de Asturias
[Turismo Asturias]

En Asturias el otoño no solo se vive recolectando por el bosque o dando un paseo por las aldeas y los caminos, sino que uno de los momentos más apreciados en esta estación son la variedad y calidad de sabores que se dan en los fogones astures.

La pródiga naturaleza asturiana proporciona productos muy saludables, que la maestría culinaria de los asturianos se encarga de transformar en apetecibles recetas y platos, en torno a los que se montan increíbles fiestas.

El otoño en Asturias es un tiempo festivo, y las mesas se visten de gala para celebrar que ya hemos podido recolectar la miel de los panales; que ya está lista la cosecha de maíz, que las "verdinas" están en su mejor momento; que las setas crecen en el bosque y nos dicen “cómeme”; que las cebollas, los nabos o el pan de escanda nos aguardan impacientes, o que los “corderos xaldos” o los “gochos” asturceltas nos deleitan con su agradecida presencia.

Boal te invita a endulzar el otoño con miel

En esta época los festivales y ferias de la miel hacen su aparición en escena, y algunas, como la de Boal, son muy conocidas.

Esta zona del occidente de Asturias se caracteriza por una producción artesanal y ecológica de miel, que se usa como condimento en decenas de sabrosas recetas.

La calidad de la miel hace que sea protagonista en postres, que sea remedio para los catarros, o condimento en diferentes platos.

Es una buena manera de alimentarse de forma saludable y de endulzar la vida.

Además, es muy habitual aún encontrarse unas construcciones llamadas “cortinos”, que se hacían para proteger las colmenas de los animales salvajes que habitan el bosque.

Los “cortinos” forman parte de esa cultura de la miel, tan arraigada en Asturias, que motivó incluso que algunas colmenas, utilizadas para el consumo casero, estuviesen ubicadas en los corredores de las paneras.

La miel, siempre la miel, nos traslada a un mundo de tradiciones, de paisajes de bosque y de aldea, al mundo de las abejas... que tanto y tan bien han vivido en Asturias a lo largo de los siglos, y han dado vida y salud a sus habitantes.

El Entrego: ¡Qué ricas las cebollas rellenas!

Las cebollas rellenas es un plato muy asturiano, tanto que hunde sus raíces en San Martín del Rey Aurelio, concretamente en El Entrego, donde desde hace décadas se celebra, siempre a finales de noviembre, coincidiendo con la festividad de San Andrés, la fiesta de Les Cebolles Rellenes.

Las cebollas, que pueden ser rellenas de bonito o de carne, son exquisitas, hasta tal punto que la receta se popularizó por toda Asturias, por España y por otros países, pero aquí está el origen de este singular viaje gastronómico.

Y como no podía ser de otra manera en Asturias, todo festival o fiesta gastronómica lleva parejos una serie de actividades lúdicas que hacen del evento un momento inolvidable, en el que nunca falta la música o el ambiente a raudales...

¡Todos al esfoyón y el amagosto en Navelgas!

Navelgas, en Tineo, es un referente en Asturias de las tradiciones rurales.

En el corazón de uno de los concejos más grandes de Asturias, Navelgas seduce a propios y foráneos con su museo y ruta del oro, su vocación de bateo, y por supuesto su fiesta del esfoyón, que coincide siempre a principios de noviembre.

En el marco de esta fiesta, Navelgas se vuelca en revivir las antiguas tradiciones rurales celebrando el esfoyón que consistía en que, de forma colectiva, los vecinos de las aldeas asturianas acudían a prestar su ayuda para esfoyar (deshojar) las panoyas (panojas) del maíz que se había recogido y posteriormente enristrarlas.

Una vez habían finalizado, los dueños de la casa convidaban a las personas que habían ido a ayudar y para ello se servían del amagosto, también tradición muy asturiana.

Se asaban castañas y se acompañaban de sidra dulce recién mayada (exprimida)... y se armaba la fiesta.

Tanto el esfoyón como el amagosto significaban algo más que trabajo, era un momento de reunión, de convivencia, de compartir alegría y amistad, y así, fielmente, lo reviven en Navelgas.

Los Humanitarios y el panchón en Moreda de Aller

Cada 11 de noviembre, coincidiendo con la festividad de San Martín, Moreda se anima a tope con la fiesta de los Humanitarios.

Los Humanitarios son un clásico popular dentro de las fiestas otoñales.

Tras el desfile de carrozas, las bandas de gaitas y grupos folclóricos, y la puya’l ramu, que consiste en una subasta de panes de escanda sobre un armazón de madera, viene la parte gastronómica de la cita, con un menú tradicional que deja atónitos a los más valientes: fabada, casadielles y panchón, éste último un riquísimo postre casero típico de esta zona.

Eso sí, después de tan nutritivo y contundente menú, se impone una animada sobremesa con una notable exaltación de la amistad, donde hay conversación, música y baile hasta altas horas...

Quirós: Qué guapos son los corderos xaldos... ¡y qué bien saben!

El corderu xaldu es una raza autóctona asturiana, que se alimenta de forma muy natural, así que la calidad gastronómica del producto está asegurada.

Viene siendo habitual que durante el mes de noviembre los restaurantes y casas de comidas de Quirós se organicen para ofertar un menú donde se abre boca con el afamado pote quirosano o con una buena fabada, para continuar con una caldereta de corderu xaldu, todo acompañado de un buen pan de escanda y de postres de casa...

Todo ello unido al paisaje y paisanaje quirosano, resulta una mezcla agradablemente explosiva e inolvidable.

Las verdinas son poesía pura... en Llanes

Noviembre es un mes perfecto para degustar las mejores verdinas en Llanes, que se convierte en la capital con letras mayúsculas de estas alubias, naturales del Valle de Ardisana, aunque no se sabe muy bien cómo llegaron allí ni por qué se desarrollaron tan sanas y guapas en esta zona.

Lo cierto es que de Llanes se “exportaron” al resto de Asturias, y que son unas alubias no muy populares aún, pero con unas cualidades excepcionales, tanto que quien las conoce y las prueba, no puede menos que adorarlas... Son pequeñinas y galanas, muy suaves, de fina textura, agradables a la vista, al tacto, y por supuesto al paladar...

Por si fuera poco, maridan con lo mejor de lo mejor de nuestra tierra: pescados, mariscos, caza, verduras, setas... ¡Se podría decir que son un verdadero todoterreno del maridaje!

De Mieres a Grado: un recorrido por el mundo de las setas silvestres

Que Asturias es un paraíso micológico es un hecho más que probado.

Que las setas crecen en nuestros bosques casi como los “felechos” también... El suelo natural de Asturias es muy rico y agradecido, con lo que las variedades también lo son.

Por eso la seta silvestre en otoño es una auténtica joya gastronómica, y se la rifan desde los fogones más tradicionales hasta los más innovadores.

Y es que la seta, como la verdina, casa con casi todo, y en un menú de varios platos, lo mismo pueden ser un primero, un segundo o un postre “de última generación”. Ejemplos sobran y ahí van algunos: revuelto de setas silvestres sobre torto de maíz; ensalada templada de boletus con langostinos y pimientos confitados; crujiente de hojaldre con mermelada de setas silvestres y chocolate caliente, croquetas de níscalos, cachopo de lepolitas, bacalao con trompetas de la muerte, entrecot en salsa de carne con boletus edulis...

Realmente se nos hace la boca agua, ¿verdad?. Pues en Grado y Mieres nos descubrirán el maravilloso universo gastronómico de las setas... este mes de noviembre.

Sotrondio: cuando los nabos se convierten en una obra de arte culinaria

Sin salir de San Martín del Rey Aurelio, nos encontramos otra delicia gastronómica del otoño astur: el pote de nabos, que en Sotrondio es un auténtico placer de dioses, por el sabor y la calidad de los condimentos.

El pote de nabos se servirá con un compango que incluye chorizo, morcilla, costilla y cabeza de cerdo; una buena ración de callos, de segundo plato, y casadiellas, de postre, y todo regado con vino tino o sidra... Una contundente exquisitez para valientes o para aventureros gastronómicos.

De cualquier forma, absolutamente recomendable, porque es una experiencia – como las demás que aquí narramos – pura y simplemente made in Asturias.

Solo es posible en esta tierra...

 



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